Tradición e innovación en el concierto "Legado de Buena Vista Social Club"

Bajo el título -Legado Buena Vista Social Club-, se realizaron dos conciertos que fusionaron tradición e innovación, con la destacada presencia de Ibrahim Ferrer Jr. cantante de trayectoria y varios álbumes grabados. Acompañado de músicos cubanos premiados y latinos de renombre internacional como: Geovanis Alcántara, dirección musical y piano, Jorge Víctor González, baby bass, Joselyn Rodríguez González, set de percusión cubana, Eduardo Ramos, timbales y batería, Hugo Wilson, trompeta, Dinza Ges, trombón, Jorge Leliebre, flauta, Ingrid Castro, coro y Liz Ferrer, cantante, coro (hija de Ibrahim Ferrer Jr.).

La Sala Blas Galindo se convirtió en un espacio cinético donde los asistentes pudieron disfrutar de un nutrido programa que evoco la atmósfera de aquel emblemático club. Entrega, sensibilidad y compromiso brindaron los intérpretes en el siguiente repertorio: “Como fue” (bolero), “Veinte años” (bolero), “Dos gardenias” (bolero) “Yolanda” (trova), “El breve espacio” (trova), “Para vivir” (trova), “Quizás quizás” (chachachá), “No sé porque” (bolero cha) (canta Liz Ferrer), “Me siento bien” (afro-son) (canta Liz Ferrer) (blues que Nina Simon hiciera famoso), “Se te olvida” (bolero), “Amor mío” (bolero), “Un poco más” (bolero), “Chau tristeza” (bolero cha), “Si tú supieras” (bolero), “Lágrimas negras” (son tradicional), “Tomasa” (son tradicional) ChanChan (son), “Carretero” (guajira) “Cuarto de Tula” (son), “Silencio” (bolero) (Dúo con Liz Ferrer), “El hijo del son” (son montuno), “Ay candela” (movida) (son montuno).

Aparte del admirable nivel de ejecución, precisión y sensibilidad con que se abordaron las obras, y del deleite de la propia música, se realizaron danzas de forma paralela, convirtiendo la presentación en un concierto escénico inolvidable.

Recordemos que “Buena Vista Social Club”, fue un club icónico de música y danza situado en la Habana en los años 50´s, y fue el mismo nombre que se empleó para crear un proyecto discográfico en 1990, el cual incluyó a un grupo de intérpretes de alto nivel, algunos del mismo club. El álbum ganó un Grammy  y retomó el repertorio de los años de oro de la música cubana (1930-1950), como: mambo influenciado por el jazz, charanga, pachanga y cha cha cha, y retomando la música tradicional se desarrollaron estilos afrocubanos en la rumba y el son.

Conciertos en Amsterdam y en Carnegie Hall, atestiguaron el nivel y la calidad de los
instrumentistas cubanos : Ibrahim Ferrer (voz), Juan de Marcos González (director y guitarra), RubenGonzález (pianista), Manuel “puntillita” Licea ( voz), Orlando “cachaíto” López, Manuel “guajiro”Mirabal (trompeta), Elíades Ochoa (guitarra y voz), Compay Segundo (voz y guitarra), Barbarito Torrres (laúd cubano), Alberto Virgilio Valdés (maracas y coro) y Omara Portuondo. También Ry Cooder (guitarra) y Joachim Coder (percusión) de EUA, participaron. Un éxito efímero (1996-2015) ya que la mayoría de los participantes morirían pronto, sin embargo se volteo a ver a Cuba y en general a la música latinoamericana. También Wim Wenders cineasta alemán crearía un documental con el nombre de la banda BSC, que fue nominada al Oscar y premiada en los premios Europeos de Cine.

Vayamos un poco hacia atrás y recordemos como el enigmático Caribe dio cobijo a aborigenes ó indigenas, posteriormente a africanos, españoles, franceses, etc. Mientras el colonialismo realizó exterminio, mestizaje, e importación de esclavos. Ortiz en su obra “Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar”, señalaría: “La pureza de sangre, más que una realidad biológica, era una ficción jurídica y social, una quimera que sirvió de pretexto para dividir a los hombres y esclavizar a los de color”.

Imaginen como en la Antilla mayor se daba cita el tabaco, el azúcar, el ron, el café y el amor, un cóctel explosivo ¿no creen?, aunado a la precariedad, el racismo, la opresión, etc. Y de ahí surgió la necesidad de una revolución, que resolvió parcialmente algunos problemas. La mayor parte de los cuales persisten, mientras los músicos resisten. Mientras el bloqueo de 65 años continúa.